¡Vamos!

Como preámbulo, botas adaptadas a vuestra morfología y bien reguladas; esquís adaptados al carving; una nieve lo suficientemente dura y con agarre; se necesita una implicación física y psicológica, y no es tan fácil como parece.

Bueno, el giro es en forma de C, dividido en tres tercios y una transición.

Es muy importante ir a una velocidad adecuada, porque el giro carving precisa de un mínimo de velocidad.

Si vamos demasiado lentos podemos caernos en el interior del giro o hacer un giro demasiado largo. Demasiado rápidos, podemos perder el control y el dominio.

Transición: flexión de tobillos, flexión de rodillas, flexión de caderas. Tensión en el centro del cuerpo mediante exhalación abdominal.

Dirigimos la vista al centro de la C, los esquís se dirigen hacia el borde de la pista.

Mantener los esquís planos/paciencia/ritmo. El ritmo marcado por la rapidez en el giro anterior es esencial para empezar el carving en el primer tercio del giro.

La intención de equilibrarse sobre el próximo pie exterior, pie derecho para el giro a la izquierda, manteniendo siempre flexionados los tobillos, las rodillas y las caderas.

Al mismo tiempo, empezar a inclinar el próximo pie interior hacia el interior del giro, pie izquierdo para el giro a la izquierda, manteniéndolo tan paralelo al otro como sea posible.

Gracias al ritmo, la intención, más la intención de equilibrarse sobre el pie derecho, pie exterior, se creará un equilibrio. Así el cuerpo estará listo para bajar el centro de gravedad hacia el suelo flexionando la pierna interior, pierna izquierda. Mantenemos la flexión de las rodillas. La flexión de las rodillas y las caderas se acentuará de forma progresiva.

La tibia y el fémur, pierna derecha, hacen un movimiento de rotación interna hacia el interior del giro, lo que equivale al bloqueo de la toma de cantos. El hecho de equilibrarse sobre un pie inicia la pronación de éste, y provoca la rotación del fémur y la tibia.

Las acciones de equilibrarse sobre el pie exterior derecho, de iniciar la flexión de la pierna interior y de inclinar el pie interior provocan el levantamiento del talón del esquí. No buscamos hacerlo de forma voluntaria, es una consecuencia y no una acción.

En el primer tercio del giro, el error es querer inclinarse hacia el interior del giro. Es mejor dejar que la gravedad haga su trabajo. Un pequeño truco: para iniciar la inclinación, el pie interior