Hola a todos, soy Morgan del Espacio Esquiadores.

Bueno, hoy compartiré con vosotros mis secretos para un giro carving, giro amplio.

¡Vamos!

Como preámbulo, botas adaptadas a vuestra morfología y bien reguladas; esquís adaptados al carving; una nieve lo suficientemente dura y con agarre; se necesita una implicación física y psicológica, y no es tan fácil como parece.

Bueno, el giro es en forma de C, dividido en tres tercios y una transición.

Es muy importante ir a una velocidad adecuada, porque el giro carving precisa de un mínimo de velocidad.

Si vamos demasiado lentos podemos caernos en el interior del giro o hacer un giro demasiado largo. Demasiado rápidos, podemos perder el control y el dominio.

Transición: flexión de tobillos, flexión de rodillas, flexión de caderas. Tensión en el centro del cuerpo mediante exhalación abdominal.

Dirigimos la vista al centro de la C, los esquís se dirigen hacia el borde de la pista.

Mantener los esquís planos/paciencia/ritmo. El ritmo marcado por la rapidez en el giro anterior es esencial para empezar el carving en el primer tercio del giro.

La intención de equilibrarse sobre el próximo pie exterior, pie derecho para el giro a la izquierda, manteniendo siempre flexionados los tobillos, las rodillas y las caderas.

Al mismo tiempo, empezar a inclinar el próximo pie interior hacia el interior del giro, pie izquierdo para el giro a la izquierda, manteniéndolo tan paralelo al otro como sea posible.

Gracias al ritmo, la intención, más la intención de equilibrarse sobre el pie derecho, pie exterior, se creará un equilibrio. Así el cuerpo estará listo para bajar el centro de gravedad hacia el suelo flexionando la pierna interior, pierna izquierda. Mantenemos la flexión de las rodillas. La flexión de las rodillas y las caderas se acentuará de forma progresiva.

La tibia y el fémur, pierna derecha, hacen un movimiento de rotación interna hacia el interior del giro, lo que equivale al bloqueo de la toma de cantos. El hecho de equilibrarse sobre un pie inicia la pronación de éste, y provoca la rotación del fémur y la tibia.

Las acciones de equilibrarse sobre el pie exterior derecho, de iniciar la flexión de la pierna interior y de inclinar el pie interior provocan el levantamiento del talón del esquí. No buscamos hacerlo de forma voluntaria, es una consecuencia y no una acción.

En el primer tercio del giro, el error es querer inclinarse hacia el interior del giro. Es mejor dejar que la gravedad haga su trabajo. Un pequeño truco: para iniciar la inclinación, el pie interior puede ayudar a encontrar el equilibrio ajustándolo un poco antes de notar el equilibrio total sobre el pie exterior.

La toma de ángulo aumenta de forma natural debido a las acciones precedentes. La flexión de la rodilla izquierda y de la cadera izquierda se acentúan más aún.

Cuando el esquí exterior derecho está en línea con la pendiente, en dirección hacia abajo, notamos que la posición está en su punto más extremo, las fuerzas están casi al límite.

Lo importante es alínear el centro de gravedad con el canto interno del esquí exterior formando un ángulo entre la suela del esquí y el centro de gravedad inferior o igual a 90 grados.

Debemos fijarnos en la independencia de las piernas, la exterior casi estirada, la interior totalmente flexionada. Se trata de resistir a la presión externa con la pierna exterior derecha, y no de empujar.

En este punto, es importante llevar los hombros hacia delante como un boxeador. Igual no se ve, pero es exactamente en lo que me concentré durante la bajada en este momento del giro.

Eso evita los desequilibrios hacia atrás y hacia el interior.

La pelvis y el pecho están orientados hacia el exterior del giro, y eso ayuda a mantener el centro de gravedad en el punto óptimo.

En una fracción de segundo, el esquí cambia de dirección, pasa de dirigirse hacia abajo a dirigirse hacia un lado.

La fuerza, la resistencia y la presión están en su punto máximo.

El objetivo en este momento del giro es aguantar las fuerzas y resistencias externas sin empujar con las piernas. A nivel muscular nos mantenemos en isometría, sin flexión ni extensión.

Manteniendo al mismo tiempo los hombros encorvados.

Cuando estamos en la buena dirección, el giro terminado, cerrado…

La intención de querer equilibrarse de nuevo sobre el próximo pie exterior, aquí el pie izquierdo, empieza en el momento en el que el esquí izquierdo esta todavía sobre su canto  exterior.

Al mismo tiempo empezamos la sustitución del próximo esquí interior, derecho.

Ponerlo plano, movimiento de inversión del pie; flexión de tobillo, lo recentramos adelante-atrás; acercamiento de los pies; flexión de las rodillas contrayendo los isquiotibiales, los músculos posteriores del muslo.

Y finalmente, volvemos a empezar, y volvemos a empezar.

Gracias por haber visto este vídeo. Como siempre, necesito vuestra opinión: si os ha gustado, dadle a “me gusta” o decídmelo en los comentarios.

¡Hasta la próxima con un nuevo vídeo!